La violencia sin control en Chiapas ha escalado de manera exponencial poniendo en riesgo la vida de los miembros de las comunidades Tzotziles.
Once iglesias de la diócesis de San Cristóbal de las Casas alzaron la voz en contra de la situación de ingobernabilidad del estado, así como, la crisis de seguridad que permanece en las comunidades.
Por medio de un comunicado, las parroquias de San Cristóbal denunciaron la falta de atención por parte del gobierno y no han previsto condiciones favorables de seguridad a las diferentes regiones tzotziles.
Hicieron hincapié en el baño de sangre de las comunidades de Pantelhó y Chenalhó, en donde, las mujeres en compañía de los niños sufren el miedo a la detonación de armas y explosivos.
Parroquias de San Cristóbal en contra de la violencia en Pantelhó
El comunicado compartió la historia de la comunidad de Pantelhó, la cual, ha sufrido diferentes etapas de violencia desde su creación comunitaria.
Desde 1974, el 90 por ciento de las poblaciones indígenas decidieron autogobernarse. Sin embargo, unos cuantos manejaban el poder económico, lo que creaba sufrimiento en el pueblo, según se lee en el comunicado.
En inicios de los años 2000, el pueblo vivía bajo amenaza, desapariciones, secuestro y hasta asesinato, calculándose 200 muertos, sin pruebas, ni orden de autopsia.
Estas personas fallecidas eran enterradas en las casas por sus propias familias, quedándose en silencio y sin acta de defunción.
El crimen organizado controlaba las diversas comunidades, especialmente el ayuntamiento municipal de Pantelhó. En el 2021, las comunidades se organizaron para hacer frente a estas injusticias.
Esto tuvo como consecuencia la descomposición social que se vive actualmente en estas zonas de Chiapas. La violencia aumento cuando el grupo de «Los Machetes» hizo frente al crimen organizado.
El 3 de diciembre un grupo delictivo, denominado «Los Herreras» entraron al municipio de Pantelhó, disparando y que mando casas de las comunidades.
«Los Machetes» hicieron frente tomando la comunidad principal de dicho municipio en respuesta al grupo contrario.
Este crecimiento tan acelerado de actos ilícitos que ha tenido como principal víctima los pueblos Tzotziles, ha provocado desplazamientos.
El huir de sus comunidades se ha dado por las agresiones como desapariciones forzadas, despojo de sus tierras, el abuso sexual de jóvenes y la falta de alimentos.
El final del comunicado cierra » La paz es un grito que tiene que ser escuchado» cita del Papa Francisco y firmado por once parroquias de la zona pastoral Tzotzil.