Las fricciones entre los gobiernos de Estados Unidos y México en torno a temas económicos, que ponen en tensión al T-MEC, no cesan. A principios del año, el conflicto giró en torno a los aranceles; después, la entrega de agua contemplada en un tratado binacional, que seguía sin concretarse. De forma paralela, el tema central desde el inicio del gobierno de Donald Trump: el narcotráfico y la injerencia estadounidense en el combate al crimen organizado.
Este mes, el tema que ha cobrado relevancia es no más ni menos que las remesas, la fuente principal de divisas en México. Pero ¿por qué?
En fechas recientes, el congresista republicano Jason Smith propuso un proyecto de ley que busca imponer un impuesto especial del 5% por ciento al envío de remesas a personas en el extranjero. Esto afectaría a los migrantes mexicanos que envían dinero de Estados Unidos a México.
El asunto cobró inmediatamente relevancia para el gobierno mexicano, ya que las remesas son la principal fuente de divisas para el país. Solo el año pasado, las cifras alcanzaron los 64,745 millones de dólares, lo que equivale al 44.4% del total de ingresos por divisas en el país.
Ante la aprobación de la propuesta de Smith en el Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes de Estados Unidos el pasado miércoles, la presidenta Claudia Sheinbaum y el Senado de México mostraron su desacuerdo.
En un comunicado, la Mesa Directiva y la Junta de Coordinación Política del Senado destacaron que, en Estados Unidos, todos los trabajadores, más allá de su estatus migratorio, pagan de manera cotidiana sus impuestos, por lo que esta medida supondría una doble tributación injusta sobre el 20 por ciento del ingreso laboral de los trabajadores migrantes.
«Esto es una injusticia, aparte de ser inconstitucional, cómo es posible que se le quiera cobrar a las mexicanas y mexicanos que envía sus remesas, en particular lo que tiene que ver con México, un impuesto, cuando ellos ya pagan impuestos», criticó la mandataria mexicana.
Pese a que en ese momento el proyecto ya se había autorizado y turnado al Comité de Presupuesto de la Cámara -votación que se llevó a cabo este viernes-, la mandataria informó que, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores, encabezada por Juan Ramón de la Fuente; y el embajador de México en Estados Unidos, Esteban Moctezuma se realizaría un cabildeo.
Dicho cabildeo sería una medida conjunta a la intención del Senado de la República para enviar una comitiva que dialogue con legisladores estadounidenses.
Este viernes, el Comité de Presupuesto de la Cámara, de mayoría republicana, siguió con su agenda y aunque dio “un respiro” al gobierno de México al no aprobarse el polémico plan de recortes fiscales que incluye el impuesto de 5% al envío de remesas, no significa que la propuesta no vaya a materializarse.
Por la mañana, la presidenta Claudia Sheinbaum exhortó a los mexicanos que viven en Estados Unidos a movilizarse y enviar mensajes a los congresistas de ese país para manifestar su desacuerdo con el posible impuesto de 5 por ciento a las remesas.
“Creemos que es una buena idea que nuestros connacionales en los Estados Unidos, nuestros paisanos y paisanas, también envíen cartas a sus congresistas, tengan la nacionalidad o no, diciendo que este impuesto sería discriminatorio y que violaría este tratado, a sus redes sociales de los congresistas, cartas, que envíen su posicionamiento frente a esto”, dijo en conferencia de prensa.
En caso de que la próxima semana se aprueba el proyecto en la Cámara de Representantes, se trasladará al Senado, donde también hay mayoría republicana.
¿Qué dice la iniciativa de Estados Unidos para cobrar impuestos a remesas?
Los congresistas del Partido Republicano de la Cámara de Representantes han incluido en el proyecto de ley prioritario del presidente Donald Trump un impuesto especial del 5 por ciento sobre las transferencias de remesas, que cubriría a más de 40 millones de personas, incluidos los titulares de permisos de residencia permanente y los titulares de visas de no inmigrante, como las de tipo H-1B, H-2A y H-2B. Los ciudadanos estadounidenses estarían exentos.
La sección 112105 del proyecto de ley denominado “Único, Grande, Hermoso”, referente al Impuesto especial sobre las remesas señala lo siguiente:
Esta disposición impone un impuesto especial del cinco por ciento sobre las transferencias de remesas, que será pagado por el remitente con respecto a dichas transferencias.
La disposición exige que el impuesto sea recaudado por los proveedores de transferencias de remesas y que éstos sean responsables de remitir dicho impuesto trimestralmente al Secretario del Tesoro.
La disposición también deja claro que los proveedores de transferencias de remesas tienen responsabilidad secundaria por cualquier impuesto que no se pague al momento de realizar la transferencia.
La disposición también crea una excepción para las transferencias de remesas que son enviadas por ciudadanos estadounidenses verificados o nacionales estadounidenses a través de proveedores de transferencias de remesas calificados.
Los “proveedores de transferencias de remesas calificados” se definen como proveedores de transferencias de remesas que celebran un acuerdo escrito con el Secretario del Tesoro para verificar que los remitentes de las transferencias de remesas son ciudadanos estadounidenses o nacionales estadounidenses.
La disposición también proporciona un crédito fiscal reembolsable por cualquier impuesto especial que deban pagar los contribuyentes con números de Seguro Social válidos.
Por último, la disposición también contiene una regla para evitar la solicitud de devoluciones.