El torneo femenino de March Madness 2025 tenía el reto de mantener el auge generado por Caitlin Clark el año pasado. Aunque superar ese impacto parecía imposible, las cifras muestran que el interés del público sigue en ascenso.
Un torneo sin Clark, pero con grandes números
La audiencia promedio del torneo hasta el Elite Eight ha sido de 967 mil espectadores, una caída del 31% en comparación con el 1.4 millones del año pasado. Sin embargo, sigue siendo un 47% superior a 2023.
Desde la ronda de 32 en adelante, cada fase ha sido la segunda más vista en la historia, solo superada por 2024. La primera ronda fue la segunda mejor desde 2013.
El impacto de Clark es difícil de igualar. Su duelo ante Angel Reese y LSU en 2024 atrajo 12.3 millones de espectadores, convirtiéndose en el partido más visto en la historia del baloncesto universitario femenino.
Este año, aunque la audiencia del Elite Eight cayó 53%, los cuatro partidos siguen estando entre los 10 más vistos en la historia de la ronda.
Asistencia en los estadios: Números sólidos
Las cifras de asistencia también siguen una tendencia positiva.
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Las primeras dos rondas tuvieron 224,972 espectadores, el tercer mejor registro después de 2023 (231,677) y 2024 (292,456).
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En los regionales, asistieron 84,754 fanáticos, apenas por debajo de los 85,275 de 2023 y los 103,587 de 2024.
El momento de Bueckers
El fenómeno Clark permitió que otras jugadoras elevaran su perfil el año pasado, incluyendo a Paige Bueckers, Hailey Van Lith y Flau’Jae Johnson.
Clark es irremplazable, pero las estrellas del Final Four pueden beneficiarse de enfrentarse a Bueckers, quien anunció que ingresará al Draft de la WNBA 2025.
UConn ha estado en los partidos más vistos de las dos primeras rondas y podría haber dominado las cifras del Sweet 16 y Elite Eight si no hubieran sido transmitidos por ESPN en lugar de ABC.
En el Final Four, UConn se mide a UCLA, equipo que cuenta con Lauren Betts y Kiki Rice, quienes regresarán el próximo año. Si las Huskies avanzan al campeonato, podrían enfrentar a Texas y Rori Harmon, o a South Carolina, que busca el bicampeonato.
El impacto de Bueckers ya ha beneficiado a compañeras como Azzi Fudd y la novata Sarah Strong, pero un título nacional y ser la posible elección No. 1 del Draft podrían elevar aún más su popularidad.
El baloncesto femenino sigue en auge, y aunque Caitlin Clark ya no está en la NCAA, su legado sigue impulsando el crecimiento del deporte.