En su primer día como presidente en un nuevo mandato, Donald Trump ha cumplido una de sus promesas más controversiales: reforzar la seguridad en la frontera sur de Estados Unidos.
Con la firma de una orden ejecutiva, ordenó el despliegue de 1,500 militares adicionales para sumar esfuerzos en la lucha contra la migración irregular y el narcotráfico.
Este movimiento se suma a las medidas ejecutadas durante su administración previa, encendiendo nuevamente el debate sobre la militarización de la frontera.
¿Qué se sabe de las tropas a la Frontera?
De acuerdo con fuentes oficiales del Departamento de Defensa, las tropas enviadas se sumarán a los 2 mil 200 militares activos y 4 mil 500 reservistas de la Guardia Nacional de Texas que ya operan en la frontera.
Sus funciones estarán limitadas a labores administrativas, así como, mantenimiento de vehículos y gestión de datos, en apoyo a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés).
Este despliegue se da en el contexto de un estado de emergencia declarado en la frontera sur por Trump, quien evalúa invocar la Ley de Insurrección de 1807 en los próximos 90 días.
Si se implementa, esta permitiría que las tropas asuman tareas policiales, algo actualmente restringido por la Ley Posse Comitatus de 1878, que prohíbe a las fuerzas armadas realizar funciones de aplicación de la ley dentro del territorio estadounidense.
El anuncio vino acompañado de una intensificación en las redadas de migrantes, que se tiene conocimientos que son ilegales.
Según el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), solo el 21 de enero fueron arrestadas 308 personas migrantes en un solo día.
Incluso se han comenzado a realizar operativos en espacios considerados sensibles, como iglesias y escuelas, lo cual había sido limitado durante la administración de Joe Biden.
El conocido “zar de la frontera”, Tom Homan, declaró a Fox News que los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) están cumpliendo con su deber.
“En las últimas 24 horas hemos detenido a 308 criminales serios. ICE está haciendo su trabajo”, afirmó.
Medidas de riesgo de Donald Trump
Desde sus primeras horas en el cargo, Trump ha implementado medidas para endurecer su política migratoria, entre ellas la reinstauración del programa “Quédate en México”.
Obligando a los solicitantes de asilo a permanecer en territorio mexicano mientras se resuelve su caso.
Además de la cancelación de la app CBP One, siendo una herramienta que permitía a los migrantes agendar citas para solicitar entrada provisional antes de llegar a un cruce fronterizo, dejando a miles varados en la frontera.
Declaración de cárteles como organizaciones terroristas, ampliando la justificación para desplegar fuerzas militares en la región.
Además, ha reavivado su intención de eliminar la ciudadanía por derecho de nacimiento, afectando a los hijos de migrantes indocumentados nacidos en Estados Unidos.
El despliegue militar y las medidas implementadas por Trump representan un nuevo capítulo en la compleja relación entre Estados Unidos y México.
Mientras que el gobierno de México ha evitado pronunciamientos oficiales al respecto, organizaciones civiles y defensores de derechos humanos han advertido sobre el impacto humanitario.
Estas acciones representan un riesgo, especialmente, para los miles de personas varadas en la frontera.
Aunque Trump argumenta que se trata de una medida necesaria para proteger la soberanía estadounidense.