Marcelo Pérez: el sacerdote que denunció narcoviolencia y fue asesinado en Chiapas
“Sé que puedo perder mi vida, pero también que uno de los enemigos de la paz es el miedo”, dijo Marcelo Pérez Pérez, sacerdote en una entrevista en el 2021.
¿Por qué un sacerdote tendría enemigos y miedo a perder su vida por ellos?
De origen Tzotzil, Marcelo quién nació en 1973 en la región de los Altos de Chiapas, tuvo su primer contacto con la violencia en 1997, cuando 45 indígenas de su región fueron asesinados mientras oraban en una iglesia de la comunidad de Acteal, del municipio de Chenalhó.
La llamada Matanza de Acteal lo marcaría para siempre. Cinco años después, se ordenaría como sacerdote y dedicaría su vida al activismo.
Durante 10 años realizó sus actividades eclesiásticas en Chenalhó y luego fue designado responsable de la parroquia San Antonio de Padua, en el municipio indígena de Simojovel, donde observó problemas de inseguridad, asesinatos, secuestros y prostitución.
En ese tiempo denunció la narcoviolencia que se vivía en Chiapas y culpó directamente al gobierno y a su entonces representante municipal, Juan Gómez Domínguez, quien en 2015 fue arrestado por posesión de armas de fuego y drogas junto a su hermano, otro ex edil de otro municipio cercano.
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A raíz de las declaraciones del sacerdote que motivaron a los pobladores a denunciar, comenzó una ola de amenazas en su contra. Desde 2015, Marcelo Pérez tenía medidas cautelares por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), debido al riesgo que enfrentaba por la labor que realizaba en defensa de los derechos humanos en Simojovel y otros lugares de Chiapas.
En 2021 apoyó el levantamiento armado del grupo Autodefensas del Pueblo El Machete, en el municipio de Pantelhó, donde fungió como mediador entre el gobierno y el grupo armado. En una entrevista dada a Proceso, señalaría al gobierno como puerta de entrada hacia el crimen organizado.
“La población dice que el crimen organizado entró en Pantelhó hace ocho años. Algunos partidos políticos han sido su puerta de entrada; como ha ocurrido en muchos municipios de Chiapas. Esto ahora es muy notorio en Pantelhó por el surgimiento de las autodefensas. Ahí, el crimen organizado fue entrando en el ayuntamiento y éste quedó como parte del crimen organizado”
Ese mismo año sería señalado por la desaparición forzada de 21 personas. La orden de aprehensión en contra de Pérez Pérez fue solicitada por la Fiscalía General de Chiapas once meses después de los supuestos hechos.
A partir de ese momento, Marcelo se vio envuelto dentro una disputa política y de poder por el control del municipio de Pantelhó, esto entre los grupos armados Los Machetes y Los Herrera. Disputa que aumentaría la violencia en Chiapas.
Voz de pueblos indígenas
Reconocido por usar una boina negra en todas las marchas, peregrinaciones y actividades sobre la salud, la pobreza y la violencia, el sacerdote Marcelo quién también es fundador del “Movimiento en Defensa de la Vida y el Territorio” nunca mostró miedo ante las constantes amenazas de muerte en su contra. Aun así, en el 2022, la Diócesis de San Cristóbal de las Casas decidió trasladarlo a la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe para su protección.
El mes pasado, el párroco se unió a la marcha por la paz en Tuxtla, donde denunció el aumento de la narcoviolencia. Ayer, tras oficiar una misa en el municipio de San Cristóbal de las Casas y se trasladaba en una camioneta fue interceptado por dos personas que viajaban en una motocicleta y le dispararon en varias ocasiones hasta asesinarlo.
Don Miguel Pérez Santiz, padre del párroco Marcelo Pérez Pérez, llorando junto al féretro de su hijo que dedicó su vida a la iglesia católica. Era del pueblo originario tsotsil de San Andrés Larrainzar, en los Altos de Chiapas, donde este lunes 20 será sepultado en el panteón… pic.twitter.com/9RqZrZMn17
— Isaín Mandujano (@isain) October 21, 2024
¿Qué dijo la presidenta Claudia Sheinbaum sobre el homicidio del sacerdote Marcelo Pérez?
Claudia Sheinbaum, lamentó el homicidio y manifestó que se están coordinando para avanzar en la investigación. «Que este crimen no quede impune», condenó.
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Por su parte, el obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel, manifestó su pesar por el asesinato del padre Marcelo Pérez Pérez y señaló que el crimen contra su compañero vuelve a demostrar el clima de violencia que se vive en Chiapas.
