La NFL vivió un fin de semana histórico con un gasto total de 1.12 mil millones de dólares en solo 16 jugadores, según Over The Cap.
Entre los contratos más impactantes, los Buffalo Bills rompieron el mercado con un acuerdo de seis años y 330 millones de dólares para su mariscal de campo estrella, Josh Allen.
Este contrato es el segundo más grande en la historia de la NFL, solo superado por el de Patrick Mahomes (10 años, 450 millones con los Chiefs).
Otros jugadores que firmaron contratos millonarios incluyen a Myles Garrett (4 años, 160 millones de dólares ) y DK Metcalf (5 años, 150 millones de dólares, tras ser traspasado de los Seahawks a los Steelers).
La fiebre de gastos no ha terminado
Lo más impresionante es que la agencia libre de la NFL aún no ha comenzado oficialmente. Aunque los equipos solo pueden iniciar negociaciones con agentes libres desde este lunes, el mercado ya está explotando.
Ja’Marr Chase (Bengals) y Micah Parsons (Cowboys) están en la mira para recibir contratos gigantes, posiblemente superando a Garrett como el jugador no mariscal mejor pagado.
Los Bills, dueños del mercado
El contrato de Allen incluye 250 millones de dólares garantizados, la cifra más alta en la historia de la NFL, superando los 230 millones garantizados que los Browns le dieron a Deshaun Watson.
En términos de salario anual promedio (AAV), Allen se ubica en 55 millones de dólares por año, empatado con Trevor Lawrence, Joe Burrow y Jordan Love, solo por debajo de los 60 millones de Dak Prescott.
Pero los Bills no solo invirtieron en Allen. Su gasto total en la temporada baja ya supera los 500 millones de dólares, con extensiones multimillonarias para Gregory Rousseau (80 millones), Khalil Shakir (53 millones) y Terrell Bernard (50 millones).
A esto se suma el enorme proyecto de su nuevo estadio, Highmark Stadium, que inicialmente costaría 1.4 mil millones, pero cuya cifra ya ha subido a 2.1 mil millones. El equipo ahora busca un préstamo de 650 millones para completar la obra.