El torneo más prestigioso del golf convierte a Augusta en la capital mundial de la aviación privada.
El Masters no solo reúne a los mejores golfistas del mundo: también atrae a una élite que prefiere llegar en avión privado. Augusta Regional Airport, a solo 12 millas del club, se ve saturado cada abril por el desfile de jets que no cesan de aterrizar.
“El golf es sinónimo de aviación privada”, dice Kolin Jones, CEO de Amalfi Jets, una empresa de vuelos de lujo que ha ganado notoriedad en redes sociales. “Muchos negocios se cierran en el campo de golf”.
El crecimiento de la demanda ha llevado incluso a aeropuertos en ciudades cercanas como Aiken, Carolina del Sur (a 26 millas), a prepararse especialmente para la semana del torneo.
En su sitio web advierten sobre posibles demoras y publican tarifas que van desde $50 hasta $2,000 por estacionar un avión.
Con el aeropuerto principal al límite, Amalfi Jets ha recibido solicitudes para aterrizar en Columbia (a 75 millas) o incluso en Charleston (a 150 millas), lo que implica varias horas de traslado por carretera.
Viajar a última hora también impacta en el bolsillo. “Reservar de último minuto puede incrementar el precio del vuelo hasta en un 60%”, explicó Jones. Un viaje típico de ida y vuelta desde Palm Beach a Augusta para 8 personas puede costar unos $60,000… si se reserva con tiempo.
Con alrededor de 40,000 espectadores por día durante la semana del Masters, la afluencia de turistas —y jets— no hará más que crecer.