Discreto, firme, pragmático. Así definen a Kevin Farrell quienes lo conocen. El cardenal de 77 años y actual camarlengo de la Iglesia Católica es hoy el hombre encargado de guiar al Vaticano en su transición tras la muerte del papa Francisco. Su trayectoria, sin embargo, comenzó lejos de Roma.
Nacido en Dublín, Irlanda, en 1947, pero naturalizado estadunidense, Farrell inició su formación religiosa con los Legionarios de Cristo. Tras estudiar teología y filosofía en la Universidad de Salamanca (España) y en universidades pontificias de Roma, fue ordenado sacerdote en 1978. Poco después, llegó a México, donde se convirtió en una figura clave en el ámbito universitario privado.
Etapa en la UDEM y su traslado hacia Estados Unidos
En 1980, Kevin Farrell fue designado capellán de la Universidad de Monterrey (UDEM), una etapa que marcaría su carrera. En la UDEM no solo ejerció funciones pastorales, sino que también fue profesor. Impartió seminarios sobre bioética y ética social, y fue un puente entre la vida académica y espiritual de los estudiantes, según se ha abundado en su paso por la institución.
En 1984 se trasladó a Estados Unidos, donde ingresó a la arquidiócesis de Washington D.C. Allí dirigió el Centro Católico Hispano y Caridades Católicas, organizaciones desde las que trabajó intensamente con comunidades migrantes y en situaciones de vulnerabilidad.
Su capacidad administrativa y compromiso con las personas que más lo necesitaban lo llevaron a ser nombrado obispo auxiliar de Washington en 2001 por el Papa Juan Pablo II.
Luego en el 2007 fue designado obispo de Dallas, Texas, donde continuó su labor pastoral y administrativa, lo que lo haría ganarse un lugar destacado dentro del episcopado estadounidense.
Kevin Farrell: inicios en Roma
Nueve años después, el Papa Francisco lo llamó a Roma debido a su perfil administrativo, su experiencia en asuntos de familia y su manejo del español, por lo que lo nombró prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, un organismo en la reforma de la Curia; mismo rol en el que continúa desempeñándose.
Ese mismo año, es decir en el 2016 fue designado como cardenal y desde entonces ha ocupado puestos de creciente responsabilidad en el Vaticano como: presidente de la Comisión para Asuntos Confidenciales (2020), presidente del Comité para Inversiones (2022) y presidente del Tribunal Supremo del Estado Vaticano (2024).
Desde entonces, Farrell ha sumado responsabilidades importantes dentro del Vaticano: fue presidente de la Comisión para Asuntos Confidenciales, del Comité para Inversiones y, en 2024, del Tribunal Supremo del Estado Vaticano.
El cardenal no ha estado exentó de escándalos, puesto que ha sido objeto de algunas controversias, entre ellas se le ha relacionado con el excardenal Theodore McCarrick, expulsado del sacerdocio por presuntos abusos sexuales. Durante años vivieron y trabajaron juntos, pero Farrell aseguró que no tenía conocimiento de las acusaciones.
Camarlengo de una Iglesia sin papa
En 2019, Francisco lo nombró camarlengo, el encargado de administrar la Iglesia durante la sede vacante. El pasado 21 de abril de 2025, tras la muerte de Francisco, Kevin Farrell anunció oficialmente su fallecimiento y asumió el liderazgo operativo del Vaticano.
Con ello, comenzó a coordinar los procedimientos que seguirán en el Vaticano durante este período de transición como lo es la organizó del funeral del papa Francisco.
Además, coordinó los ritos y se convirtió en la persona que garantizará la funcionalidad del Vaticano. Una de las más importantes es la preparación del cónclave, el proceso secreto en el que los cardenales se reunirán para elegir al nuevo papa, y cuyo calendario deberá coordinar.
A pesar de que ser camarlengo no lo convierte automáticamente en candidato al papado, tampoco lo excluye. En 1878 y en 1939, dos personas que ocuparon este cargo fueron elegidas papas: Gioacchino Pecci, el papa León XIII y Eugenio Pacelli, el papa Pío XII, respectivamente.