Dejar de pagar una deuda es más común de lo que parece. Ya sea una tarjeta de crédito, préstamo personal o compra a plazos, muchas personas enfrentan dificultades para ponerse al corriente. Pero, ¿qué sucede realmente cuando dejas de pagar?
Todo empieza con los intereses
Al primer mes de atraso, los intereses moratorios comienzan a acumularse, y con ellos, el monto total de tu deuda crece. Además, las instituciones financieras y despachos de cobranza empezarán a buscarte por teléfono, correo electrónico o incluso redes sociales.
Aunque parezca solo una molestia, ignorar estos avisos puede llevarte a consecuencias mayores.
¿Me pueden meter a la cárcel?
No. En México, no existe la cárcel por deudas de tipo civil, como préstamos, tarjetas o créditos de consumo. Esta protección está prevista en el artículo 17 de la Constitución. Sin embargo, esto no te exime de cumplir con el pago ni te protege de otras consecuencias legales.
¿Qué puede pasar legalmente?
Si la deuda continúa sin pagarse, el acreedor puede iniciar un juicio civil. Si el juez resuelve a su favor, puede ordenar el embargo de bienes, como tu auto, salario, cuentas bancarias o incluso tu casa (si no es tu único patrimonio).
El proceso legal también genera gastos adicionales, lo que hace la deuda aún más pesada. Y si tuviste un aval, esa persona también puede ser demandada.
¿Y los cobradores que amenazan?
Es común que despachos de cobranza usen tácticas agresivas: llamadas constantes, amenazas o intimidación. Sin embargo, estas prácticas están reguladas por la Condusef y pueden denunciarse. Nadie puede entrar a tu casa ni embargar sin una orden judicial.
Si recibes amenazas o llamadas fuera de control, anótalas, graba si es posible, y presenta una queja ante la Condusef o Profeco.
¿Qué hacer si ya no puedes pagar?
Lo mejor es no quedarse de brazos cruzados. Puedes:
- Solicitar una restructura de deuda.
- Negociar un convenio de pago.
- Buscar apoyo con instituciones de asesoría financiera.
También existen programas como la “quita”, que te permite pagar una parte del adeudo y liquidar el resto, aunque puede afectar tu historial crediticio.
¿Y si ya no quiero pagar?
Evitar pagar no es una solución. Aunque no haya cárcel, las consecuencias incluyen:
- Afectación a tu historial en el Buró de Crédito.
- Pérdida de acceso a futuros créditos, hipotecas o tarjetas.
- Posibles demandas judiciales.
Lo mejor siempre será mantener tus finanzas bajo control. Si vas a adquirir una deuda, asegúrate de poder cubrirla, y en caso de complicaciones, actúa rápido y busca apoyo.